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viernes, 25 de noviembre de 2016

MERMELADA DE TOMATE


Esta es la casualidad o causalidad, no sabría decir, que dio vida a este blog. 
Su historia podéis conocerla en el apartado "El blog".

Para la primera tanda, toda una experiencia, seguimos al pie de la letra la receta que de viva voz nos transmitió aquella peculiar señora que criaba los tomates, para luego venderlos. A partir de ahí y en las siguientes tandas, que hubieron muchas, comenzamos con los experimentos:
- Un día probamos con azúcar moreno y muy rica pero para nuestro gusto demasiado oscura.
- Otro le añadimos romero y hierbabuena y, simplemente, espectacular.
- Otro...

Nuestro compañero de viaje en esta maravillosa aventura que es la vida, decía de todas lo mismo:
—Muy rica pero no parece la del súper.
—¡Hombre!—le decía yo —¡Mejor! ¡Es que no quiero que se parezca a la del supermercado! ¡Para hacerla igual, casi que aparco los cacharros, me tumbo a tomar el sol, se compra y punto!

Yo que tengo... no digamos ni virtud ni defecto, mejor lo dejamos en cualidad. Eso. Yo que poseo la cualidad de tener la cabecita durita, seguía con los experimentos. Para nada tenía la intención de que se pareciera a la del súper pero ya que más de un día se quedaron sin playa o se fueron solos porque, a peñón fijo y recién levantada, me ponía con los tomates, empecé a investigar sobre aquello que le faltaba a mi mermelada y que echaba en falta el Mr.

Eureka!!! 

—¡Esta sí!—me dijo. Y lo celebramos sin cocina y con playa.


A mi mermelada solo le faltaba estar más espesa!!!! 
Resulta que las mermeladas comerciales llevan pectina, una fibra natural que se encuentra en las paredes celulares de las plantas y que alcanza una gran concentración en las pieles de las frutas. Y nosotros, pelando tomates!! Ains... La pectina es muy soluble en agua y si se añade al azúcar y a los ácidos de las frutas forma un gel. Si se añade pectina a la mermelada, se reduce considerablemente el tiempo de cocción y se consigue mucha más cantidad ¿Entienden ahora el porqué del precio de las mermeladas comerciales y de otras más artesanas?

Nosotros continuamos quitándoles la piel a los tomates y cociendolos a fuego lento lo que dura El anillo del Nibelungo, de Wagner, pero decidimos añadirle agar-agar, un espesante natural, también de origen vegetal. Y de todos los experimentos, nos quedamos con estas dos:




- La Espesa:
Con azúcar blanco, agar-agar, un ligero sabor a limón y canela y perfecta para acompañar un buen queso de cabra.

- Mediterránea:
Con mezcla de azúcares, blanco y moreno, un toque de romero y hierbabuena, de color intenso y textura muy muy ligera, casi líquida, ideal para ensaladas.

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