Un hijo que si durmiera sería el hijo perfecto (algún defecto tenía que tener el crío) + Invitados a comer = A las 8 de la mañana de un domingo de vacaciones nos ponemos con una tarta de queso.
Esta es una receta de esas que tenemos escritas a mano en nuestra superlibreta de "recetas de toda la vida". La tartas de queso modernas ya no se hacen al horno pero llevan gelatina y/o cuajada y nosotros preferimos esta.
En la foto el corte no se ve muy limpio pero tiene una explicación: la tarta era supuestamente para el postre de mediodía o, en caso de no apetecerles entonces, para merendar. Pero resulta que hemos tenido la brillante idea de inscribirnos en una carrera popular que se celebrará en unos días y aquí el Míster se ha venido arriba y ha asumido el rol de entrenador. Ayer dudaba de mis posibilidades para acabar la carrera pero hoy dudo de si llegaré viva al día en que se celebre. Después de no sé cuánto rato dando vueltas por la marjal o almorzaba como los dioses o caía en redondo. Ni siquiera hemos dejado enfriar la tarta y por eso el corte se ve de ese modo. Ya veré qué explicación daré a los invitados cuando la saque empezada, aunque siempre puedo excusarme con que necesitaba la foto para el blog, jeje.
INGREDIENTES:
- 1 paquete y medio de galletas María
- 1 pastilla de mantequilla sin sal (250 gr.)
- 3 huevos
- 1 cubilete de azúcar
- 1 tarrina de queso Philadelphia tamaño familiar
- 1 tarro de mermelada
PREPARACIÓN:
- Triturar las galletas en la Thermomix durante 30 segundos, velocidad progresiva 5-10.
- Añadir la mantequilla que estará a temperatura ambiente. (La añadimos a trocitos y poco a poco, no de golpe). Antes la hacíamos con margarina y también quedaba perfecta. Ustedes eligen.
- Colocar la mezcla en la base de un molde desmoldable y meter en el congelador mientras se prepara el resto de la receta.
- Lavar bien la Thermomix pues si queda algo de grasa no montará las claras. Secarla bien.
- Separar las yemas de las claras.
- Batir las claras en la Thermomix con mariposa durante 3 minutos a velocidad 3 y media. (Se recomienda batir 1 minuto por cada clara, añadiendo una pizca de sal y batiendo a 37° si los huevos no están a temperatura ambiente).
- Una vez levantadas las claras, mantenemos la misma velocidad sin tiempo y añadimos el azúcar, las yemas y el queso poco a poco.
- Verter la mezcla sobre la base de galletas que teníamos en el congelador y hornear durante 20 minutos aproximadamente, temperatura 180º.
- Ya solo falta la última capa: la mermelada. Nuestra favorita para este caso es la de arándanos pero nos quedaba un tarro de la mermelada de naranja y caqui que hicimos este invierno y la hemos utilizado, así también variamos. Ahora a la nevera para que quede todo bien prieto y al cortarla no se desmigue la base de galletas y el corte quede bien limpio.
Por si no tienen ganas de encender el horno, les recordamos que tienen en el blog otra receta de tarta de queso sin horno. Solo tienen que pinchar AQUÍ para verla.
¡FELIZ DOMINGO!
Qué pinnntaaaaa!!
ResponderEliminarEstá feo que yo lo diga pero está... de muerte!!!
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